Los números fueron claros. Mejor dicho, todo lo contrario. La Comisión de Vigilancia de la Federación Italiana de Fútbol le puso un ultimátum económico al Rosanero para evitar su desaparición y poder continuar su trayectoria en la Serie B. Al día de hoy, y con menos de una semana por resolverse, un histórico club europeo de 118 años podrá finiquitar su existencia tal como le sucedió al Parma, el Bari o Cesena.
Hace no mucho tiempo, el Palermo era una de las instituciones más codiciadas del Calcio. Paulo Dybala, la joya de Instituto de Córdoba, y el «Mudo» Franco Vázquez, deleitaban al viejo continente con formidables actuaciones. También, en esta última década, pasaron el uruguayo Edinson Cavani y el otrora Huracán, Javier Pastore.
Bien al sur de Italia, el equipo que supo vestir de rosado ya había perdido la categoría y no era parte de la elite. Irregularidades económicas lo llevaron a perder veinte puntos y el futuro no era para nada alentador a pesar que en las semanas previas a la decisión de la Comisión de Vigilancia aseveraron que se venía un Rosanero con buenas perspectivas.
Sin embargo empezó julio, las deudas no se saldaron, y la noticia recorrió todos los rincones del mundo. El club que tiene entre sus máximos goleadores a un argentino como el ex Platense y River, Santiago Vernazza, podrá dejar de existir de no cumplir con lo que debe. El plazo máximo será el 11 de julio. De lo contrario deberá esperar un año y recién en 2020 comenzará a participar nuevamente en la Serie D cambiando también la razón social.