Con un promedio de edad de 25 años, el Steaua Bucarest en los primeros planos de las competencias europeas, y una camada de jugadores formidables, la Tricolorii volvió a una Copa del Mundo después de dos décadas de ausencias. Sin embargo, en Italia 90 no tuvo su mejor performance, y así evaluamos el proceso a treina años de aquella cita máxima.
Rumania fue uno de los animadores de los Mundiales en la última década del siglo pasado. El crecimiento de su fútbol a nivel selección empezó dándose con la clasificación a la Eurocopa de Francia 1984. Y si bien no pudo asistir a la de 1988, arrancó con el pie derecho en una eliminatoria donde había cucos como Dinamarca, Grecia y Bulgaria.
En la última fecha de la etapa clasificatoria para Italia 90, goleó a la Dinamita Roja en Bucarest y obtuvo el primer lugar de la zona para viajar de lleno a la cita máxima del fútbol. Jugadores de renombre y un lindo presente en el ámbito local invitaban a creer que podía hacerle frente a la Unión Soviética, Camerún y Argentina en el grupo B de la Copa del Mundo.
Para esos años, el Steaua Bucarest había perdido una final Intercontinental, con River en 1986, y una de Champions League con el Milan en 1989. Por esas cosas de la vida, en aquél elenco de los Rojos y Azules, jugaban dos cracks rumanos que obviamente fueron convocados por Emeric Jenei: un tal Marius Lacatus y un tal Gheorghe Hagi. Claro que también fue citado el arquero de esa escuadra, el ya longevo, Silviu Lung.
La Tricolorii armó una lista de buena fe con 21 profesionales que jugaban en el ámbito local y sólo uno, Rodion Camataru que estaba probando suerte en el fútbol de Bélgica. Pero, el gran momento de los equipos del país, las notables promesas que venían apareciendo, acabaron siendo una apuesta que no tuvo sus réditos en Italia 90 y anduvieron mejor en Estados Unidos 1994.
Al Mundial organizado el tierras norteamericanas fueron seis jugadores que ya habían demostrado lo suyo cuatro años atrás. Faltó Lacatus en suelo yankee, uno de los máximos exponentes del balompié de los Dacios, pero tuvo revancha en 1998 cuando su seleccionado clasificó al Mundial de Francia donde pudo volver a reencontrarse con la belleza total de una cita como esas.
Los muchachos de Jenei empezaron su andar por Italia 90 con una enorme sonrisa. El debut fue un 2 a 0 ante Unión Soviética, justamente con un doblete de Lacatus. Sin moverse de Bari, le hicieron frente a la temible Camerú, pero cayeron por 2 a 1 con una diana de Gavril Balint. Y, cuando se les avecinaba el cotejo más difícil de la zona, mostraron lo que eran capaces de hacer al empatarle a Argentina 1 a 1, asegurarse el segundo lugar de la zona, y mandar a la Albiceleste a jugar con Brasil en octavos de final.
En la ronda de dieciséis se cruzaron con Pat Bonner y la lotería de los penales. La República de Irlanda acabó con el sueño de esa Rumania que podía apuntar a más pero, sin dudas, estaba en formación. Italia 90 era el Dinamo Bucarest, el Steaua, y los jóvenes del mañana que ya maduros tendrían otro tipo de rendimiento en Estados Unidos 1994.
SELECCIÓN DE RUMANIA EN ITALIA 90
1 – Silviu Lung (Steaua Bucarest)
2 – Mircea Rednic (Dinamo Bucarest)
3 – Michael Klein (Dinamo Bucarest)
4 – Ioan Andone (Dinamo Bucarest)
5 – Iosif Rotariu (Steaua Bucarest)
6 – Gheorghe Popescu (Universitatea Craiova)
7 – Marius Lacatus (Steaua Bucarest)
8 – Ioan Sabau (Dinamo Bucarest)
9 – Rodion Camataru (Charleroi de Bélgica)
10 – Gheorghe Hagi (Steaua Bucarest)
11 – Danut Lupu (Dinamo Bucarest)
12 – Bogdan Stelea (Dinamo Bucarest)
13 – Adrian Popescu (Universitatea Craiova)
14 – Florin Raducioiu (Dinamo Bucarest)
15 – Dorin Mateut (Dinamo Bucarest)
16 – Daniel Timofte (Dinamo Bucarest)
17 – Ilie Dumitrescu (Steaua Bucarest)
18 – Gavril Balint (Steaua Bucarest)
19 – Emil Sandoi (Universitatea Craiova)
20 – Zsolt Muzsnay (Steaua Bucarest)
21 – Ioan Lupescu (Dinamo Bucarest)
22 – Gheorghe Liliac (Petrolul Ploiești)
DT – Emeric Jenei