Si por algo se caracterizaron los procesos en los seleccionados nacionales germanos fue por la constancia, el apoyo, y la continuidad. Subcampeones del mundo en España 1982 y en México 1986, no claudicaron y tuvieron su revancha en Italia 90 donde finalmente se alzaron con el trofeo de oro en el Olímpico de Roma.
Die Mannschaft se sacó la espina y doblegó a Argentina en el partido que detiene por completo al globo terráqueo. Más allá de Edgardo Codesal, del penal, de las expulsiones, los muchachos de Franz Beckenbauer tenían un plantel por demás fascinante a pesar de no poder contar con los jugadores que pertenecían al lado oriental. De todos modos, Alemania Occidental justificó con resultados y funcionamiento el título de la Copa del Mundo.
Así como Holanda tenía a los poderosos jugadores del Milan, los germanos presentaban en Italia 90 a los magistrales profesionales del Inter. De hecho, en la capital de la moda hizo de local el conjunto que finalmente se quedó con el primer lugar de la cita máxima y contó con el apoyo de aquellos amantes del trío Andreas Brehme, Jürgen Klinsmann y Lothar Matthäus.
Sacando la pesadilla de Rusia 2018, los germanos nunca acabaron un Mundial por debajo el décimo puesto. Eso, sumado a su riquísima historia, los convertía en candidatos a pesar que no le había ido bien en la Eurocopa de 1984 ni tampoco en la que organizó en sus tierras allá por 1988. De hecho, y tal como contamos en la historia de la noche que sin Muro de Berlín estuvieron divididas las dos Alemanias, hasta quedaron a 45 minutos de ni siquiera clasificar a Italia 90.
En la eliminatoria tuvieron un durísimo rival por delante como Holanda. No obstante los muchachos de Beckenbauer no perdieron con la Naranja Mecánica ninguno de sus dos encuentros, igualando tanto en Múnich como en Róterdam. Lo que sí complico su boleto rumbo a la cita máxima fue un 0 a 0 con una selección de Gales que, inexplicablmente, fue una pierda en el zapato para Die Mannschaft.
Superado el escollo clasificatorio, Alemania trabajó meticulosamente en cada detalle y su entrenador presentó una lista de buena fe maravillosa. El bicampeonato de Bayern puso seis profesionales dentro del listado de veintidós que firmó «El Kaiser». Con Stefan Reuter, Jürgen Kohler, Klaus Augenthaler, Raimond Aumann, Hans Pflügler y Olaf Thon, la cuota de Baviera estaba cubierta. Y también del ámbito local aparecían figuras del Colonia como Bodo Illgner, Pierre Littbarski, Thomas Hassler, y Paul Steiner.
Otro equipo que andaba bien el lado occidental germano era el Werder Bremen quien agregó un par de muchachos a la lista de buena fe como Günter Hermann y Karl-Heinze Riedle. El del ámbito local lo propocionaban el Borussia Dortmund, el Eintracht Frankfurt, el Stuttgart, y el Núremberg. Pero claramente la maquinaria no hubiese funcionado sin esos cinco engranajes claves que brillaban en el fútbol italiano.
Beckenbauer no dudó en darles total confiana a los dos hombres de la Roma, el histórico Rudi Völler, y un zaguero maravilloso como Thomas Berthold. Y para completar la nómina aparecía nuevamente ese magnífico trío del Inter compuesto por Brehme, Matthaüs y Klinsmann. En total, de los 22 que viajaron al suelo tanto, quedaban con vida siete de aquella final perdida ante Argentina en 1986 que buscarían pronta revancha.
En la zona de grupos, Die Mannschaft arrasó sin problemas. Goleó a una poderosa Yugoslavia por 4 a 1, vapuleó por 5 a 1 a Emiratos Árabes Unidos, y no cerró una tarjeta perfecta porque Colombia en tiempo de descuento le arrebató un empate inolvidable 1 a 1. No obstante, y ya con la mente puesta en las instancias decisivas, el andar continuó sin problemas. Le tocó Holanda en lo que pudo ser una final anticipada y la superó sin escollos. En cuartos de final despachó a Checoslovaquia siendo uno de los cuatro mejores del Mundial sin haber pasado por un tiempo extra.
Para los germanos la semifinal fue brava. Inglaterra tenía un gran equipo, Gary Linker forzó el suplementario a diez del final, y en la tanda de penales contó con mayor fortuna que su rival. Porque Peter Shilton adivinó las intenciones de cada pateador teutón pero no llegó a sacar ninguna mientras que Bodo Illgner le tapó con los pies el remate a Stuart Pearce y luego vio como se iba desviado el zapatazo de Chris Waddle.
Hablar de la final es decir que Alemania hizo valer el dicho que la tercera es la vencida. Penal o no, expulsiones mediante, los de Beckenbauer se quedaron con el primer lugar en Italia 90 marcando un recorrido magistral, barriéndose la sal de encima tras aquellos encuentros claves perdidos en 1982 y 1986. Fue el fin de un letargo y una nueva vuelta olímpica, algo que no conseguía desde que fue anfitrión en 1974.
LISTA DE BUENA FE DE ALEMANIA EN ITALIA 90
1 – Bodo Illgner (Colonia)
2 – Stefan Reuter (Bayern Múnich)
3 – Andreas Brehme (Inter de Italia)
4 – Jürgen Kohler (Bayern Múnich)
5 – Klaus Augenthaler (Bayern Múnich)
6 – Guido Buchwald (Stuttgart)
7 – Pierre Littbarski (Colonia)
8 – Thomas Hassler (Colonia)
9 – Rudi Völler (Roma de Italia)
10 – Lothar Matthäus (Inter de Italia)
11 – Frank Mill (Borussia Dortmund)
12 – Raimond Aumann (Bayern Múnich)
13 – Karl-Heinz Riedle (Werder Bremen)
14 – Thomas Berthold (Roma de Italia)
15 – Uwe Bein (Eintracht Frankfurt)
16 – Paul Steiner (Colonia)
17 – Andreas Möller (Borussia Dortmund)
18 – Jürgen Klinsmann (Inter de Italia)
19 – Hans Pflügler (Bayern Múnich)
20 – Olaf Thon (Bayern Múnich)
21 – Günter Hermann (Werder Bremen)
22 – Andreas Köpke (Núremberg)
DT – Franz Beckenbauer