Un temprano gol del Verdolaga obligaba al Globo a meter cinco en menos de noventa minutos. El Quemero, que metió seis en los últimos once partidos, claramente la tuvo cuesta arriba. Y a todo eso se le sumó una contienda que se jugó al ritmo que pusieron los colombianos para acabar con un 1 a 1 para el olvido que metió a los de Juan Carlos Osorio en la siguiente etapa de la Copa Sudamericana.
Huracán tuvo intenciones pero no concretó las que creó y ni siquiera estuvo cerca de alcanzar el épico sueño de doblegar a un Atlético Nacional de Medellín que manejó los tiempos, con el guiño del árbitro chileno, Julio Bascuñán. De esta manera el global le perteneció a los cafeteros por un abultado 4 a 1.
Un zapatazo de Nicolás Cordero para el local que se fue desviado y, un bombazo de Daniel Muñóz que corrió la misma suerte, fueron los intentos del inicio en Parque Patricios. No obstante, el colegiado trasandino sancionó un por mano y favorable a la visita antes del cuarto de hora. Andrés Andrade tomó la posta e infló las redes de Fernando Pellegrino para clavar el doloroso 1 a 0 que obligaba al Quemero a una remontada inolvidable que jamás llegó.
¿Pudo Huracán meter cinco goles y dejar sin nada a Atlético Nacional?. De tener una puntería magistral y una efectividad notable, el asunto hubiese sido otro. Lo cierto es que a pesar de los 54 tiros libres, los 41 laterales, los 10 córners, los seis cambios y las siete veces que entraron los médicos (un par de ellas por Leandro Grimi que jugó con el hombro fuera de lugar pero, con suma hombría, quiso seguir poniéndole el pecho al cotejo), todo se hizo cuesta arriba.
Grimi, ex Racing y Milan, descontó a los 21 del primer tiempo con un cabezazo que se colgó del ángulo superior derecho de José Cuadrado. Con esa conquista al Globo le faltabn cuatro dianas. Una la descolgó el guardameta por encima del travesaño y, otra, antes del descanso, fue una inexplicable definición de Ezequiel Navarro que, en el área chica, la mandó por arriba del travesaño.
Si bien la complementaria fue tediosa, el Verdolaga prácticamente ni molestó a Pellegrino pero el Quemero no tuvo ideas para generar peligro ofensivo. Cordero con un zapatazo bloqueado y tres cabezazos desviados fue el arma que Israel Damonte tuvo para ver si la epopeya era posible. Y un párrafo aparte fue para la gente que en el Palacio alentó a más no poder sabiendo que el fin del sueño era un hecho por más que el reloj todavía le diese oportunidades a la escuadra porteña.
Atlético Nacional con el 3 a 0 en Medellín y el 1 a 1 en Parque Patricios redondeó una clasificación casi perfecta y sin despeinarse. Huracán quedó fuera de la Copa Sudamericana y ahora tendrá por delante la durísima misión de volver a ganar por Superliga para evitar problemas con la tabla de los promedios a futuro. Con su gente, y con jugadores como Grimi que contagiaron a pesar de su lesión, conseguirá más de lo que perderá, sin lugar a dudas.