Gimnasia empató 4 a 4 frente a Estudiantes en un partido para la historia. No sólo por ser el clásico platense con más goles de todos, sino por su trámite. Sin dar respiro alguno (cinco goles en la primera parte y tres en la segunda) La Plata vivió un verdadero espectáculo. Estudiantes se aseguró un lugar la Copa Libertadores 2022.

Al comienzo hubo mucha disputa en la posesión del balón, Gimnasia se encontró mejor en los primeros minutos de juego atacando por las banda, pero de a poco el León se hizo grande, con ataques verticales. Con una seguidilla de aproximaciones, sobre todo en los pies de Zuqui, Pasquini y Del Prete, Estudiantes amenazó el arco de Rodrigo Rey.

A los 23′ llegó el primero, del Pincha y del partido. El córner de Pasquini cayó al centro del área chica y un oportuno rebote dejó al diez visitante de frente al arco, quien con mucha potencia remató al segundo palo para entonar el grito sagrado. En menos de cinco minutos, el Lobo se agrandó y con un desequilibrante Carbonero llegó un penal para los locales que el pulga no logró concretar por la gran atajada de Andújar.

Sin dejarse achicar, los Triperos siguieron con los ataques verticales y, a los 31′ y 34′ llegó la revancha para Rodríguez. La conducción de Insaurralde abrió la defensa de Estudiantes y, luego de un centro a la olla de Colazo, el pulga aprovechó un mal calculo defensivo para abrir el marcador. Así, luego de ocho partidos, Gimnasia anotó un gol en un clásico luego de seis años. En el segundo tanto, Luis Miguel Rodríguez aprovechó otra desatención defensiva para poner a los suyos en ventaja luego de una deliciosa ejecución de tres dedos.

La historia no quedó ahí, cinco minutos más tarde, Pasquini le marcó el pase al hueco a Zuqui, recibió, encaró, y abrió el pie derecho. Con una rosca imposible de frenar, la red local se movió y el tanteador quedó en tablas. El clima era el ideal para otro gol, y así lo hizo cumplir Alemán, luego de buscarse el espacio, sacó un zurdazo descomunal de casi 40 metros. La pelota bajó con una gran velocidad que dejó sin chances alguna de adivinar la trayectoria al arquero visitante. Así, con cinco goles, Gimnasia cerró la primera parte con el marcador de su lado 3-2.

Para la segunda mitad, más de los mismo, digno de un partidazo: ambos equipos en busca de la victoria, con ataques fuertes. Estudiantes apostó a las pelotas divididas y aéreas, mientras que Gimnasia a los pases profundos, y desbordes por los laterales. A los 14′, la perla Ramírez enganchó en el área y un contacto dudoso de Noguera hizo sonar el silbato de Herrera para otro penal. Otra vez Rodríguez se hizo cargo del disparo y, con un remate fuerte al centro del arco, anotó su tercer gol de la contienda.

El partido siguió intenso, el pincha llenó el área rival de centros y siguió buscando acciones individuales, en los pies de Diaz y Castro. A los 20′ de un tiro de esquina, la visita encontró el descuento, luego de una magnifica atajada de Rey, Noguera con el empeine puso la redonda en el ángulo para el 4-3.

Los de Zielinzki se acercaron cada vez más a los tres palos de los locales, y a los 33′ Castro se desmarcó, ganó el duelo ante Colazo y cruzó su disparo, el rebote del arquero local impactó con el pie de Diaz que nunca dejó de acompañar la jugada. Las cosas volvieron a estar en empate y el partido quedó para la historia al ser el encuentro con más goles de la historia de los clásicos platenses, el anterior fue el famoso siete a cero del pincha en 2006.

Lleno de condimentos, la contienda culminó cuatro a cuatro, un resultado merecido para lo que fue el partido. Gimnasia dominador de la pelota bajo el pie, y Estudiantes inteligente, tenaz y aéreo. El 4-4 se dibujó en los libros de historia y el silbatazo del colegiado sonó para cerrar uno de los mejores clásicos platenses.