El Lobo sumó su cuarta victoria al hilo en condición de local y, aferrándose a un refugio en la Tacita de Plata, se permitió ilusionarse con un lugar provisorio en la zona del Reducido. Los de Arnaldo Sialle vencieron por 1 a 0 a la Crema que tras un invicto de siete capítulos, ahora hilvanó tres jornadas sin triunfos.
Fue una contienda trabada, de dos clubes que supieron jugar en Primera División y que, encantadísimos, regresarían. Atlético Rafaela no fue ese equipo bravo que mostró sus armas en los triunfos ante el líder, Güemes, o en las goleadas frente a Deportivo Morón y Almagro. Gimnasia de Jujuy, firme, sin demasiados lujos pero con mucho orden, dejó en claro que sabe bien lo que quiere.
De un tiro libre a favor que tuvo la visita, llegó el gol del local. Fernando Otarola capturó el envío aéreo, no esperó, levantó la cabeza, y sacó de abajo con un pelotazo largo para Leandro González. El ex Racing picó al vacío, le ganó en la carrera a su marca, y definió con una hermosa vaselina ante la estéril y rápida salida de Guillermo Sara.
Con ese tanto a los 28 minutos del primer tiempo, el conjunto septentrional se conformó y dominó las acciones. La Crema recién reaccionó generando algo de peligro en la complementaria pero la más clara terminó siendo nuevamente del Lobo cuando, a cinco del epílogo, ya en la complementaria, González no pudo aprovechar una falencia en la retaguardia visitante.
Atlético Rafaela, de irregular temporada y aún lamentándose por haber dejado pasar el tren del ascenso en el torneo pasado, no pudo meterse en zona de Reducido por esta derrota. Quien aprovechó, porque estaba en la misma línea que los santafesinos, fue Gimnasia de Jujuy que con el 1 a 0 no sólo arrimó sus ilusiones a la tabla de arriba sino que además demostró tener en el norte a su verdadera fortaleza.
