Los Dragones llegaban con puntaje ideal y soñaban con un cómodo triunfo en Cardiff contra los dirigidos por Vladimir Weiss que aún no habían sumado en la eliminatoria. Sin embargo los ex soviéticos le hicieron frente al conjunto de Chris Coleman que sólo pudo cosechar un punto en su propia casa y perdió el tren de la punta con un empate en uno que, a futuro, podría pagar muy caro.
Parecía que iba a ser fácil el partido para Gales porque siempre le sobraron goles al conjunto británico e incluso se pusieron arriba en el marcador antes del primer cuarto de hora. Sin embargo, Georgia lo atragantó tras dos derrotas al hilo en un partido donde la visita abusó de las infracciones pero consiguió un resultado que claramente lo hizo feliz.
A los 9 minutos del primer tiempo llegó el tiro de esquina de Joe Ledley que conectó de cabeza el astro del Real Madrid, Gareth Bale, y logró superar a Giorgi Loria. Pero a partir de ese entonces los de Weiss empezaron a complicar al dueño de casa en el Cardiff City Stadium.
Los ex soviéticos llegaron al empate cuando los Dragones adelantaban sus líneas en el afán de conseguir su segundo tanto para obtener la tranquilidad necesaria. Un pelotazo cruzado encontró a la defensa de Coleman desarticulada y Tornike Okriashvili de cabeza batió a Wayne Hennessey para poner el 1 a 1. El local, desesperado, fue por el triunfo pero dejó tantos espacios que incluso los visitantes pudieron llevarse los tres puntos pero el travesaño le negó el triunfo al hombre del Legia Varsovia, Valeri Kazaishvili.
Georgia disfrutó del dulce empate 1 a 1 en las islas británicas que significaron su primer punto en estas eliminatorias. Gales se atragantó con un caramelo inesperado que los relegó a la tercera colocación de su grupo y, hoy por hoy, Bale y compañía se estarían quedando fuera de Rusia 2018.