Lágrimas en los ojos. Tanto de Favio Orsi como de Sergio Gómez. La dupla técnica acababa de perder con Instituto de Córdoba en Jáuregui por 2 a 0 y, con el descenso consumado del Canario, llegaba el fin de su carrera al mando de un equipo que quedó, indiscutiblemente, para la historia.
El dúo venía de hacer formidables campañas tanto en Fénix como en Deportivo Español. La historia de ellos no terminaba allí. Acabados los noventa minutos se iban juntos a seguir viendo fútbol y así tranquilamente aparecían en cancha de Platense para observa algo de ascenso como también en la de Arsenal para seguir de cerca a la Primera División.
Orsi-Gómez, con buenos pergaminos, llegaron a Flandria en agosto de 2015. Flandria arrancaba la segunda rueda sin victorias tras perder con Almagro, el Gallego, Colegiales, Brown de Adrogué y empatar con Comunicaciones y Deportivo Armenio. Había que tomar el timón de un barco que no pudo enderezar Felipe de la Riva, ni Fabián de Sarrasqueta, y que padeció bajo el interinato de Damián Marchio.
El debut de la dupla fue con derrota ante UAI Urquiza en casa del Furgón. Después hilvanó una campaña irregular hasta acabar en el undécimo lugar. Lo que nadie imaginaba era que en la temporada siguiente, el Canario lograría el ascenso más grande de su historia. En 2016 hilvanó 11 victorias, cuatro pardas e igual cantidad de derrotas para acabar arriba de todos y trepar al Nacional B.
En segunda división jugó con campeones de Primera como Argentinos Juniors, Ferro, Quilmes y Chacarita. Se mantuvo dos temporadas y supo defenderse ante todo tipo de adversidades. El dúo de entrenadores posicionaba a los de Jáuregui en las planas más importantes de la prensa deportiva y el Carlos V era noticia cada fin de semana que recibía a enormes clubes.
El campaña 2017/18 fue irremontable para Flandria y para los entrenadores. Ganaron cinco veces en veinticuatro juegos y, encima, por reestructuración debían descender seis conjuntos. Batalló contra Almagro en José Ingenieros sabiendo que si ganaban todavía quedaban con un hilo de vida por delante pero no pudieron. A la fecha siguiente, un 30 de abril de 2018, tropezaron ya sin esperanzas con Instituto y volvieron a la B Metropolitana. Pero esa despedida también contó con las lágrimas de su hinchada y de Orsi-Gómez quienes sabían que era su última función vestidos de amarillo.