Se trató de un juego apasionante y digno de alquilar balcones. Los Leones estuvieron un par de veces arriba en el marcador pero, en una ráfaga letal, los Aurinegros de Renania del Norte se impusieron por 4 a 3 en el Bay Arena. Sí, hubo un doblete del hombre de la Selección de Noruega, Erling Haaland.
A los ocho minutos de partido, Bayer Leverkusen abrió la cuenta con un derechazo de Florian Wirtz entrando al área grande que se guardó contra la base del palo izquierdo de Gregor Kobel. El guardameta suizo del Borussia Dortmund, más tarde, iba a verse sorprendido con otro remate que iría contra un poste que le genera muchos problemas.
La vista empató a diez del entretiempo cuando Haaland conectó de cabeza un centro de Thomas Meunier que dejó sin respuestas al oriundo de Finlandia, Lukás Hrádecky. Más allá de eso, el dueño de casa reaccionó y recuperó la ventaja parcial en tiempo de descuento y a través de un zurdazo cruzado y seco del checo Patrik Schick.
Borussia Dortmund volvió a igualar el pleito en el arranque de la complementaria. Iban 3 minutos cuando Haaland combinó con Julian Brandt y el alemán, a pura potencia, se metió dentro del rectángulo mayor para sacar un potente derechazo que ponía las cosas 2 a 2. Claro que Bayer Leverkusen tenía un cartucho más para volver a estar arriba en el tanteador. A los 10, Moussa Diaby capturó una pelota en la segunda jugada de un córner y desde la medialuna guardó su remate contra la ratonera izquierda de Kobel.
A esa altura el local ganaba 3 a 2, el partido empezaba a tener roces, y la contienda era además de una caldera, un espectáculo deportivo. La visita lo empató a veinte del final con un tiro libre maravilloso de Raphael Guerreiro y, cinco minutos más tarde, Haaland de penal torció la historia por primera vez en la tarde y para sentenciar el juego definitivamente en favor de los muchachos de Marco Rose.
Borussia Dortmund levantó tres veces el score y hasta se dio el gran gusto de ganarlo por 4 a 3 en una actuación sublime del elenco Aurinegro. Bayer Leverkusen masticó mucha bronca en una derrota que le costará asimilar por las veces que estuvo sumando de a tres para terminar quedándose en su domicilio con las manos vacías.