El equipo de Gustavo Alfaro llegó al Mundial producto de unas eliminatorias dónde terminó cuarto con 26 puntos (7 triunfos, 5 empates y 6 caídas) para sacar boleto directo. Había arrancado muy bien y luego supo meterse sin sufrir mucho. Más angustia le valió el expediente Byron Castillo (tuvo problema de papeles y la FIFA terminó castigando a futuro). Integró el grupo A y estuvo a poco de lograr el pasaje a octavos de final.
«Cazadores de Utopías imposibles» fue el título que el Profesor Alfaro le puso al libro donde muestra el camino de una Selección que no clasificaba a una máxima cita desde Brasil 2014 dónde estuvo en el grupo E junto a Francia, Suiza y Honduras. Derrota ante los suizos, victoria contra los hondureños y en la última una igualdad sin goles lo dejó afuera. Ausente en Rusia 2018 dónde había arrancado excelente bajo el mando de Gustavo Quinteros con triunfo a la Argentina en el Monumental… La llegada de Alfaro le aportó seriedad y búsqueda en la experiencia del delantero Enner Valencia y el arquero Hernán Galíndez (argentino nacionalizado). Pero contrario fue que los jóvenes, que según el entrenador estaban más para el 2026, le aportaron muchísimo para la campaña que derivó en Qatar 2022. Los Pervis Estupiñán, Piero Hincapié. Moisés Caicedo y Gonzalo Plata entre otros le dieron una frescura muy buena. Recayó en el grupo A junto al anfitrión, Países Bajos y Senegal. No era sencillo pero si el equipo podía permitirse soñar fue por una juventud atrevida y dispuesta a luchar.
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Tuvo un aplomo asombroso en el debut. No le pesó nunca la instancia y con los goles de Enner Valencia (metió tres pero le cobraron dos en el primer tiempo) mandó un mensaje. La utopía no era imposible. Desnudó y expuso la debilidad del local que no pudo hacerle ni cosquillas. Reguló en el complemento y se quedó con un triunfo histórico. Nadie había vencido al local en el arranque. La durísima prueba de la segunda fecha fue Países Bajos en el Khalifa. La bomba de Cody Gakpo a los seis minutos del arranque amenazó y metió miedo pero Ecuador ni se sintió ni fue menos que su par neerlandés. Preciado y Estupiñán exigieron en varias a fondo hasta marcando el empate pero anulado vía VAR cuando moría la primera etapa. Ni Depay o el gran Virgil Van Dijk pudieron contra el ahínco ecuatoriano que igualó la contienda con la revelación Valencia que marcaba su tercer grito en dos partidos. Pudo ganarlo y el arquero Noppert fue figura. Gran resultado aunque el triunfo de Senegal ante Qatar lo dejaba con dos resultados para meterse en octavos, instancia que alcanzó en Alemania 2006. Ganar o empatar. El match contra los de Cissé se jugó más como quisieron los africanos que los de Sudamérica. Ahogado y físico. El árbitro Clément Turpin cobró un discutido penal que Sarr cambió por gol al final del primer tiempo. El equipo del Profesor reaccionó y no se dejó zarandear aunque pecó de inexperiencia en el momento más inoportuno porque Moisés Caicedo igualó el desarrollo pero nada le duró la alegría porque Kalidou Koulibaly apareció para batir a Galíndez apenas tres minutos después del 1-1 parcial. Intentó empujar pero sin muchas ideas y se le escapó el partido de manera dolorosa como así también la chance de clasificar a octavos de final donde aguardaba Inglaterra. La caída fue un cimbronazo.
Alfaro en la rueda de prensa post partido dijo que: «este Ecuador es un equipo con más futuro que presente». Para el 2026 que luce lejos llegará una base que hizo experiencia fuerte y valiosa en un Mundial. Los chicos antes mencionados más un plus de más valores jóvenes con los experimentados que busquen más gloria posicionaran a este seleccionado como uno a observar. Tendrá revancha más pronto que tarde.