La dura eliminación del Mundial de Corea-Japón 2002 significó el fin de ciclo para dos delanteros que hicieron historia con la Albiceleste. Tanto Gabriel Omar Batistuta, titular en aquel encuentro contra Suecia, como Claudio Paul Caniggia que fue expulsado en el banco de relevos, se retiraron de la Selección después de ese 1 a 1 en Miyagi.
Las lágrimas de Batistuta lo decían todo. Goleador en Fiorentina, campeón con Roma, ídolo en Italia y también profeta en su tierra. Bicampeón de América bajo el mando de Alfio Basile y máximo goleador de Argentina hasta que llegó un tal Lionel Messi para arrasar con todas las estadísticas.
El santafesino, después de 78 partidos con la celeste y blanca, tras renegar muchas veces con su rodilla, se despidió de los colores de su país. La Albiceleste, eliminada prontamente en la Copa del Mundo, era un papelón que circulaba por todas las portadas del globo terráqueo y su desazón conmovió a propios y extraños.
Batistuta se retiró de la Selección con 56 goles y un promedio de 0,72 tantos por partido. Otro que nunca más volvió, y ya por una cuestión de edad, fue Caniggia. El «Pájaro», histórico subcampeón en Italia 90 con sus dianas ante Brasil e Italia, había sido convocado a sus 35 años gracias a un buen presente en el Rangers de Escocia.
Foto: Photo by Laurence Griffiths/Getty Images