La noche vasca tuvo un sabor agridulce para el Merengue ya que, a pesar del triunfo parcial y del golazo de Jude Bellingham, los de la Casa Blanca perdieron un jugador clave por lesión. Éder Militao salió entre lágrimas del campo de juego por un problema en su rodilla izquierda.
La jugada no revestía demasiado problema pero la verde gramilla de San Mamés estaba resbaladiza. El brasileño, en una acción normal de juego, adelantó su línea para acercarse a su marca aunque, a la hora de frenar, se patinó y su cuadro se complicó aún más cuando ejerció presión sobra una rótula que no estaba firme.
Rápidamente Éder Militao cayó al piso, le dio un golpe de puño al pasto, y se mordió la camiseta del Real Madrid. Con gestos elocuentes, Carlo Ancelotti comprendió que debía reemplazarlo y colocó a Antonio Rüdiger en su lugar. Y el sudamericano marchó llorando directamente a los camarines con una lesión que parece grave.
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