El Quemero de Boulogne conservó el invicto que tiene en el Nuevo Francisco Urbano y estiró así su racha, tras el opaco 0 a 0, a nueve encuentros sin caer ante el elenco del oeste del Gran Buenos Aires. La visita, arrastró su sequía goleadora y se defendió contra un rival que buscó pero no pudo quebrar la paridad.

Acassuso jugó con el historial a favor pero con la sombra de un flojo presente. La escuadra de Walter Otta anotó solamente cuatro goles en los últimos 13 partidos ofreciendo así una marca que lo imposibilita a levantar cabeza y apostar al Reducido. Enfrente estaba el irregular Deportivo Morón que, en esta temporada, mutó entre malos resultados, muy buenas semanas, y una seguidilla de empates que sobre el final del campeonato se verán si fueron útiles o no.

A los 4 minutos de partido Gonzalo López Aldazábal obvió un clarísimo penal sobre Leonel Altobelli. El agarrón de Guillermo Santana dentro del área desató la furia del ex delantero de Tigre que recibió, encima, el cartón amarillo. Sin embargo el punta siguió buscando los espacios para vulnerar el arco de Julio Salvá quien, en media hora del segundo período, le salvó un mano a mano que también hubiese significado la apertura del marcador.

El Quemero propuso muy poco. Solamente un remate de Alejandro Friedrich que se estrelló en el travesaño fue el peligro que transportó el conjunto de Otta. El resto fue un monólogo de los dirigidos por Blas Armando Giunta que no pudieron torcer esta adversa racha que tienen con la entidad de Boulogne.

Deportivo Morón y Acassuso igualaron 0 a 0 sin más que acotar para este presente de ambos. Lo preocupante es el futuro ya que al Gallo se le aproximan dos fechas de sumo peligro frente a Barracas Central y Defensores de Belgrano, mientras que los del norte del Gran Buenos Aires deberán estudiar la vía por la cual hacer goles. Al fin de cuentas, de eso se trata el fútbol.