Martes 15 de Octubre, 16hs. La lluviosa tarde de Buenos Aires tenía su pintoresco y atractivo en el Oeste. El Estadio José Manuel Moreno albergó un partido que tuvo todos los condimentos: la voz del estadio pasando rock al palo en la previa, lluvia, patadas, el ogro Fabbiani, festejos en las tribunas por el cumpleaños del local, un verde césped que parecía un billar y… ¡un ataque de teros!.
El «Charro» y el «Verde» se veían las caras en un partido en el que se disputaban el todo por el todo: aquel que consiga ganar el encuentro alcanzaría la punta (compartida con Cañuelas). Ninguno de los dos quería dejar pasar el tren del campeonato, en un partido de «gol-gana».
Como adecuándose al ritmo del choque futbolero, la llovizna comenzó a caer en la tarde de Merlo a partir del pitazo inicial de Cristian Suárez. Gradualmente fue aumentando su intensidad con el pasar de los minutos, acoplándose a la férrea disputa por el esférico que se daba dentro del campo. Los primeros 10 minutos se trataron de esto: llegadas aisladas y sin profundidad, pero con promesa de batalla y buen fútbol de ascenso.
18 minutos del primer tiempo. La primer emoción del partido no provino de un grito de gol. Ni por un insulto a un rival o al árbitro. Carcajadas bajaban de las tribunas plagadas de hinchas simpatizantes del Charro (mención especial para ellos, que llegaron para alentar durante todo el partido a pesar de ser un día laborable, y a pesar de la inminente lluvia). Uno de los jueces de línea era atacado por una bandada de teros. El nido de dichas aves se encontraba justo por detrás de la línea de costado en la que se ubicó el «lineman». Una tarde especial y un duelo aparte entre ellos: las aves tomaban carrera desde lo alto del cielo del Oeste para atacar a un inofensivo árbitro que se defendía a capa y espada (banderín y puños).
El show debe continuar. El divertido duelo del ave y el banderín continuó cada vez que el esférico se acercaba a dicha zona. Pero en cuanto a lo futbolístico, la intensidad fue protagonista. Ninguno de los dos equipos pudo imponer condiciones por sobre el otro durante la etapa inicial. Las llegadas se repartieron por lado, haciendo figuras a los arqueros de cada elenco.
No sería hasta los 8 minutos del complemento que el «Verde» aprovecharía un error en la salida propiciado por el arquero rival (Tursi) y pondría cifras definitivas en el marcador: Mallemaci ponía el 1-0 para Deportivo Laferrere. La desesperación del Deportivo Merlo reinó en el partido a partir de dicho momento, de tal manera que se abalanzó sobre el visitante, con actitud, pero con demasiadas displicencias.
Pelotazos largos a un Ogro Fabbiani incómodo e impreciso, errores no forzados y poca eficiencia a la hora de definir ante los tres palos protegidos por Lisandro Mitre, fueron factores determinantes para que el local no logre su cometido. Un gol anulado a favor del equipo oriundo de Merlo, generó resquemores y broncas entre la hinchada presente, ya que comprendían que era totalmente lícito.
«Lafe» supo aguantar con inteligencia lo que restaba del partido y se quedó con los tres puntos, alcanzó la punta y se llevó un triunfo vital para casa. Ganó, con lo justo, pero ganó y eso es lo importante. La victoria pudo ser para cualquiera, pero el local no supo resolver las situaciones propias.
Fue final 0-1 en el Estadio José Manuel Moreno. Apasionante torneo de la Primera C Metropolitana, con encuentros insólitos, hechos increíbles, alimentando a un ascenso que nunca deja de sorprender y cada vez enamora más. Por su parte, como suena en el tema de Divididos: «En el Oeste, está el agite…», y sino…pregúntenle al «lineman»…