Un gol de Tomás Pavone cuando recién arrancaba el partido, y rápidamente una conquista de Gregorio Abregú, marcaron el rumbo con el cual el Carcelero acabó imponiéndose frente al Verde en Rodney y Magnasco. La escuadra de Villa Devoto derrotó por 2 a 1 al Villero en un reducto bravísimo y, claramente, encendió la ilusión de pelear por el ascenso a la B Metropolitana.
Iban 8 minutos cuando General Lamadrid sacudió la modorra y rompió todos los pronósticos en el oeste. Pavone, y un zurdazo aprovechando un centro atrás, dejó sin reacción a Lisandro Mitre que fue a buscar por vez primera la pelota al fondo de su cueva. Lo que jamás imaginó, el oriundo de Paraná, era que en 120 segundos el asunto se iba a repetir para complicarle demasiado el panorama a Deportivo Laferrere.
Un parpadeo y el cotejo pasó de estar 1 a 0, a ponerse 2 a 0. Un error en la última línea del equipo de Fabián Zermattén, le permitió a Abregú estirar la ventaja para un equipo porteño que ni en los sueños hubiese imaginado semejante score tan temprano. Ese cachetazo, le permitió al dueño de casa reaccionar y meterse en la contienda.
El Verde apretó el acelerador y tuvo contra las cuerdas a la visita en el oeste. Un cabezazo de Rodrigo Faust estuvo cerca de ser el descuento antes de la media hora inicial. Sin embargo, el premio al Villero por tanto buscarlo, llegó recién a los 42 minutos cuando Nicolás Ríos, de tiro libre, clavó un verdadero golazo.
Ya la brecha era mínima y al cotejo le faltaba todavía un tiempo por delante. Pero cuando el empate parecía estar al caer, Ríos pasó de héroe a villano y se fue expulsado dejando a sus compañeros con diez hombres en la verde gramilla y un cuarto de hora por delante que le permitió al Carcelero aflojarse un poco el nudo de la garganta y aguantar hasta el epílogo un poco más holgado.
General Lamadrid, arrancó el sueño de pelear por el primer ascenso a la B Metropolitana con el pie derecho. El 2 a 1 sobre Deportivo Laferrere se festejó porque aprovechó los minutos iniciales, y luego sostuvo el resultado. Así, los de Horacio Fabregat, toman la punta y el deseo de seguir por este sendero.
