La derrota de los Leones daneses ante el Blanquirrojo en Andalucía no sólo caló hondo en territorio nórdico por el 3 a 0 que derrumbó el sueño de clasificar a la Europa League sino porque, además, existió un cruce entre los hinchas visitantes y el operativo local.
El FC Copenhague llevó 1500 fanáticos al Ramón Sánchez-Pizjúan que, durante un momento, esbozaron cantos homofóbicos contra el Sevilla. La realidad fue que, sin quitarle ningún tipo de culpa, existió un prólogo para que ello sucediese en la noche española.
Los dirigentes del club de Dinamarca presentaron un reclamo a la UEFA indicando que «los aficionados del F.C. Copenhague se comportaron de manera ejemplar antes, durante y después del partido en Sevilla, pero a su llegada al estadio fueron tratados indebidamente por las autoridades locales y el personal de seguridad en las entradas».
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