Italia 90 quedará en el recuerdo de muchos por el Mundial con menor promedio de gol pero también por la gran cantidad de arqueros que brillaron y quedaron en el colectivo de los futboleros de ley. Uno de los que se hizo famoso en aquella Copa del Mundo fue Sergio Javier Goycochea con sus magistrales penales atajados pero, el «Vasco», tuvo un predecesor y fue el enorme René Higuita.
Se podrá recordar claramente a Bodo Illgner, el campeón, a Nery Pumpido lesionado, a Peter Shilton atajando con una edad avanzada. Walter Zenga, en esa Copa del Mundo, se quedó con el récord de valla invicta que aún nadie pudo torcer. Thomas N´Kono, Luis Gabelo Conejo, sorpresa en Costa Rica, Michel Preud´homme que se afirmó bajo los tres palos en Bélgica, y hasta el llamativo Tony Meola de Estados Unidos. Nombres sobraban, para bien o para mal, tal vez se trató del torneo de los guardametas.
El caso de Goycochea fue épico. Pasó de ser tercer arquero a convertirse en suplente cuando Luis Islas se negó a llevar la número doce y renunción a la Selección. Y, en un parpadeo, ya estaba actuando en la cita máxima tras la mala patada de Pumpido que complicaba a la Argentina en un puesto donde su entrenador, Carlos Bilardo, no encontraba al hombre que realmente quería.
El «Vasco» brilló, se hizo famoso, fue de menor a mayor. Se convirtió en héroe tapándole el cuarto penal a Dragoljub Brnović pero más aún deteniéndole el disparo a Faruk Hadžibegić. Sin embargo, el oriundo de Bosnia, ya había tenido otra oportunidad desde los doce pasos en Italia 90 y también se encontró con los guantes de otro arquero que supo estar en boca de todos durante Italia 90.
Un 14 de junio, en Bolonia, Yugoslavia derrotó por 1 a 0 a Colombia bajo el marco de la segunda fecha del grupo D. Los Azules tuvieron una pena máxima sancionada por Luigi Agnolin y, el encargado, el que mejor sabía patear, era el ex hombre del Betis de España. Su trayectoria y su gran presente en el Sochaux de Francia lo pararon frente al esférico. Sin embargo ejecutó con displicencia y René Higuita se quedó con el remate.
Hadžibegić tuvo revancha en la casa de la Fiorentina, dieciséis días más tarde, y por los cuartos de final. Era casi un hecho que se trataba del último Mundial de Yugoslavia previo a la fragmentación en varios países. Y si bien cambió de ángulo y de forma de remate, el bosnio falló nuevamente. Goycochea, en este caso, voló para descolgarla de su parante izquierdo y meter a Argentina en semifinales. Eso sí, no fue el único, el excéntrico portero Cafetero ya lo había conseguido un par de semanas atrás anticipando lo que luego volvería a repetirse.