El Funebrero y el Xeneize se midieron 110 veces en toda su historia pero, los de San Martín, solamente pudieron festejar en 16 encuentros solamente. Para remontarse a la máxima goleada en favor del Tricolor habría que viajar hasta el campeonato de 1948. Sin embargo, el siguien resultado más abultado en favor del elenco de Villa Maipú se produjo hasta exactamente una década cuando en cancha de Huracán se impuso por 4 a 1 sobre la escuadra que conducía, por ese entonces, Abel Alves.
Boca Juniors llegaba muy dulce a enfrentarse con Chacarita Juniors que, post ascenso a la elite del fútbol argentino, no lograba afirmarse para sostener la categoría. Los de la ribera contaban con jugadores de renombre como Martín Palermo y Juan Román Riquelme pero, además, venían con el pecho inflado tras derrotar, en la Bombonera y por 2 a 0, a un River que empezaba a complicarse con los promedios.
La tarde dominical no empezó de la mejor manera para el Funebrero. Matías Giménez, una de las grandes promesas de Tigre que esa temporada había fichado con la escuadra Azul y Oro, abrió la cuenta antes de la media hora tras una magistral asistencia de Riquelme que lo dejó cara a cara con Nicolás Tauber. Así el Xeneize se iba al descanso arriba en el score por 1 a 0 llenando de dudas a la escuadra conducida por Mauro Esteban Navas.
No obstante, la jornada para Boca se plagó de nubarrones en la complementaria. Al minuto del segundo tiempo, Facundo Parra punteó una pelota en el área chica y empató las acciones. Chacarita fue por más y aprovechó que su rival estaba groggy. De un blooper visitante, llegó un penal que Saúl Laverni sancionó para quien hacía de local en Huracán. Expulsado Ezequiel Muñóz en dicha acción, fue Parra quien pateó desde los doce pasos pero se encontró con la tapada de Javier García. Sin embargo, el actual arquero de Racing no pudo evitar que en el rebote, Nicolás Ramírez de atropellada pusiera el 2 a 1.
Con un hombre de más, el Tricolor comprendió que la mesa estaba servida y no se equivocó. Faltaban diez para el final cuando Omar Zarif le puso una exquisita asistencia a Parra que solo contra el arquero, con todo el tiempo y espacio del mundo, no falló y estiró la diferencia. Pero claramente había tiempo para más y, justamente un ex River, Sebastián Sciorilli, le puso la frutilla al resultado con un golazo de 25 metros aprovechando que el guardameta contrario estaba adelantado.
Boca Juniors, plagado de problemas, siguió en caída libre y su DT renunció dos fechas más tarde. Claramente eso no quita que Chacarita pudo gozar de una de sus mejores producciones de aquél Clausura 2010. Hace exactamente una década goleó al Xeneize por 4 a 1 y después perdió los ocho cotejos restantes para volver al Nacional B. De todas formas… ¡quién le quita lo bailado!