El Verde puso primera en su ilusión de trepar a la Primera Nacional y empezó ganando al minuto de juego. Sin embargo, el duro Víbora, le hizo frente en Esteban Echeverría para que el debut de ambos culmine en un 2 a 2 con puntos realmente altos por cada bando.

Iba un minuto de juego cuando, de un avance de Sportivo Desamparados, llegó la contra y el gol de Camioneros. Gonzalo Parisi, ex Deportivo Maipú de Mendoza, picó por banda derecha, hizo todo bien, esperó que Alejandro Dianda salga a achicarle y toco sutilmente hacia la red para abrir la cuenta desde el vamos en el Hugo Moyano.

El empate de la visita llegó rápidamente ya que, a los 7, Lucas Salas se encontró con una serie de rebotes en la puerta del área grande y sacó un remate rasante que se guardó contra la ratonera derecha de Marcos Jara. A esa altura, en Esteba Echeverría, se vivía un partidazo que continuó con muchos condimentos en el capítulo inicial.

Desamparados parecía mucho más firme pero un error en la salida estuvo cerca de costarle carísimo. Parisi, hecho un «Toro», encaró hacia la retaguardia pero el nueve de Camioneros no pudó ganarle nuevamente el duelo del cara a cara a un Dianda que manoteó la caprichosa al tiro de esquina.

La visita se fue al descanso arriba en el score ya que, a los 44 minutos, Julio Cáceres conectó un cabezazo furioso por el medio del área y, con ayuda del travesaño, puso el 2 a 1. Pero, la reacción del conjunto local, llegó en la complementaria para no quedarse con las manos vacías. Y si bien pudo perderlo porque los de Cristian Bove contaron con chance claras para liquidarlo, el empató llegó en tiempo de descuento y en una pelota parada donde hasta Jara fue a cabecear. Finalmente, y en una ensalada de piernas, Kevin Smaldone la mandó al fondo de la cueva.

Camioneros arrancó ganando, pudo perderlo, y terminó encontrando un tanto en la agonía del match para rescatar un punto. Desamparados se lamentó por el 2 a 2 sabiendo que también se trató de una contienda donde, claramente, y por cómo se dio, tranquilamente podía haber salido derrotado desde el vestuario en el debut.