Las caras largas del vestuario Albiceleste se replicaron en los micrófonos de los periodistas presentes en el Giuseppe Meazza esperando por la palabra de los protagonistas. Dos expulsados y tres amonestados en el conjunto africano fue la suave cuenta final que rindieron las cartulinas del árbitro oriundo de Francia, Michel Vautrot.
La derrota por 1 a 0 de Argentina sobre Camerún dolió tanto en el plantel como el rigor que los Leones Indomables le hicieron sentir sobre la verde gramilla. «Creo que en el primer tiempo debió haber una tarjeta roja» afirmó Julio Humberto Grondona, presidente de AFA, antes de subirse al ómnibus rumbo al hotel y con un rostro adusto por el resultado.
«Se habló mucho del juego fuerte. Nosotros tuvimos temor en meter la pierna, ellos no» manifestó Oscar Ruggeri, ex defensor del Real Madrid y Vélez Sarsfield tras ser interceptado por los micrófonos del ´Gráfico´, revista semanal, deportiva, y de cabecera de los futboleros de ley. Jorge Burruchaga, otro de los campeones del mundo, expresó: «Camerún no nos dejó hacer las cosas, nos pegó demasiado».
Vautrot sacó la primera amarilla del partido en Milan a los 9 minutos del primer tiempo. A la media hora del cotejo ya los Leones Indomables tenían dos jugadores amonestados y el conjunto de Carlos Bilardo cosechaba una por una mano de Roberto Sensini. Sin embargo, la vehemencia del pleito no mermaba.
Hubo un tercer amonestado en Camerún al inicio de la complementaria. El ingreso de Claudio Paul Caniggia y su velocidad complicaban por doquier a la defensa de un conjunto africano que a los 15 del segundo tiempo se ganó la primera expulsión. Andre Kana-Biyik derribó al «Pájaro» en un pique y el juez francés no tuvo más remedio que mandarlo a las duchas de una.
En una hora de partido, la televisión oficial de FIFA ya había contabilizado once infracciones sólo a Diego Armando Maradona. Ni hablar de todas las que le propinaron, en un sólo capítulo, al «Hijo del Viento». La muñeca del referí también causaba frustración en el elenco sudamericano que no podía elaborar un juego asociado sin ser derribado.
Con el 1 a 0 en su favor, los Leones Indomables sólo querían que terminase cuanto antes el cotejo en casa del Milan e Inter. A los 43 minutos, y en una famosa corrida de Caniggia, Benjamin Massing lo frenó revoleándolo por el aire y hasta sacándole el botín. El ya difunto defensor marchó también a camarines antes del tiempo reglamentario.
Camerún celebró la victoria y marcó territorio. Fue brusco pero también es cierto que Argentina perdía en el cuerpo a cuerpo con la musculatura de los africanos. El triunfo fue efectivo pero claro que también pagaron todo lo que pegaron con algunas tarjetas que, hasta para un miembro FIFA como Grondona, parecieron pocas.
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