Como de costumbre, Boca Juniors se hizo fuerte en La Bombonera y volvió al triunfo después de la goleada sufrida ante Patronato en Paraná logrando la tercera alegría consecutiva en casa El Xeneize derrotó por 2-1 a Platense con dos goles de Óscar Romero (el primero fue un golazo de tiro libre) y modificó su versión futbolísta del fin de semana pasado. El Calamar descontó en el complemento pero nunca estuvo cerca del empate.

El equipo de Hugo Ibarra cambió rotundamente la actitud en relación al juego con Patronato y dominó de principio a fin el primer tiempo. No dio espacios y encontró en Óscar Romero la solución para adelantarse en el marcador. El paraguayo se lució con un golazo de tiro libre al ángulo que hizo explotar La Bombonera y le abrió el camino al azul y oro.

Los intentos no cesaron, Boca siguió con su actitud ofensiva y volvió a golpear con un centro de Sebastián Villa por la izquierda y un cabezazo cruzado (de palomita y de pique al césped) de Romero. Otro interesante gol analizado y convalidado por el VAR.

El complemento mostró a un Xeneize como dominador del juego, sin embargo le costó encontrar claridad a la hora de batir una vez más a Marcos Ledesma.

El Calamar fue más simple y complicó en la primera de peligro con una interesante jugada colectiva iniciada por Vicente Taborda: rebote tras un remate de Mauro Zárate y aparición goleadora de Nicolás Morgantini para tocar el balón con la suela en el descuento de la visita.

El club de Vicente López (terminó con diez por la expulsión de Ramiro González por doble amarilla) no aprovechó el gol y, aunque el juego estuvo abierto, no molestó más a Agustín Rossi en el arco de enfrente salvo por un remate lejano de Carlos Villalba. El dueño de casa no pasó sobresaltos pero tampoco supo definir el resultado antes de tiempo.

Boca volvió a sumar de a tres y se acomodó en la Liga Profesional por la derrota de Atlético Tucumán. Platense nunca se rindió, se esforzó con más orgullo que fútbol por llevarse algo pero no pudo dar el golpe en La Bombonera.