San Martín sacó un valioso empate del Barrio Alberdi con una actitud distinta a la que solía mostrar en la Superliga pasada. El cero a cero no dice exactamente lo que se explayó dentro del campo de juego porque tanto Belgrano como el Verdinegro pudieron ganar un encuentro electrizante y con una gran cantidad de situaciones de peligro en los dos arcos. Luis Ardente y César Rigamonti fueron los verdugos de ambas formaciones.
El Pirata salió decidido a manejar los hilos del partido y puso a su equipo en terreno de Ardente, que se tuvo que estirar para evitar la caída de su arco ante un tiro libre de Matías Suárez y un mano a mano de Juan Brunetta. Los sanjuaninos se despertaron e hicieron transpirar a Rigamonti con los intentos de Pablo Palacios Alvarenga. No se dieron respiro en el primer tiempo y armaron unos atrapantes cuarenta y cinco minutos.
La mejor imagen de los hombres de Walter Gastón Coyette apareció en el complemento. Una media hora perfecta a la que sólo le faltó el gol que se perdió con las chances de Franco Cristaldo y Claudio Mosca. De tanto perdonar, la visita casi pierde todo cuando el Celeste generó la situación más clara de la segunda etapa a través de un disparo de Adrián Balboa en el palo.
El cero le cerró por todos lados a San Martín de San Juan que no sólo sumó de visitante (tal vez su mayor deuda en los últimos años) sino que demostró que puede ser protagonista en cualquier cancha. A Belgrano no le cayó tan bien la igualdad aunque el desarrollo de las acciones marcó la justicia del punto entre cordobeses y sanjuaninos.