En Rafaela pasó de todo. Atlético mereció mucho más que una derrota y Unión de Santa Fe se llevó más de lo que propuso. Pero el árbitro Patricio Loustau tuvo mucho que ver el 3 a 2 a favor del Tatengue porque se comió un offside en el primer tanto de la visita, no sancionó una mano que ayudó al empate parcial y observó un penal imperceptible. Todos los errores contra la Crema.
Cinco goles, dos expulsiones (Diego Villar del rojiblanco por una plancha a Barboza y De Giorgi en el local), dos penales (uno atajado por el jugador de campo, Bastia, a Riaño en el último minuto) y un desarrollo atrapante y cambiente en el Monumental de la ciudad santafesina. El dueño del primer tiempo fue el equipo dirigido por Leonardo Astrada, dominó todo y no dejó que su rival crezca en el campo. Por derecha encontró los huecos y las falencias del defensor del Tate, Mauro Maidana. En tres minutos apareció la furia del celeste: un ex Colón, Leandro Graciani, le rompió el arco a Matías Fidel Castro y Osmar Ferreyra definió una pelota perdida en el punto penal. Un 2 a o que pudo ser más abultado por el manejo total de las acciones. Unión fue un espanto en los primeros cuarenta y cinco y encima sufrió la infantil expulsión de Diego Villar, que le pegó un planchazo a Barboza cuando el árbitro había cobrado una infracción. Todo servido en bandeja para el dueño de casa.
Cambia, todo cambia. Y más en el fútbol, que no tiene lógica. Patricio Loustau y su terna serían fundamentales para la modificación definitiva del resultado. El Tatengue no hacía nada para darle otro destino a la historia hasta que Claudio Riaño recibió -en offside- un pase de cabeza de un compañero y descontó con su testa en el área chica. El envión le sirvió a la visita para sorprender con un empate inesperado. Córner desde la izquierda, mano de Rolando García Guerreño y definición de derecha del defensor para el 2 a 2. Loustou no vio un rebote en el codo del futbolista rojiblanco y señaló la mitad de la cancha. Como si fuera poco, una contra de Unión desembocó en un leve agarrón -casi imperceptible- a Claudio Riaño y en un penal a favor del Tate para dar vuelta el marcador. Juan Rivas la colocó a la derecha y anotó el inentendible 3-2. La Crema se perdió la igualdad en dos ocasiones en una misma jugada pero Matías Fidel Castro se convirtió en héroe para evitarlo. Más no podía pasar pero otra vez nuestro fútbol nos regaló un hecho colorido. Faltando segundos, los de Madelón contragolpearon y De Giorgi bajó a Riaño en el área para la sanción de un penal y expulsión del arquero de Astrada. No le quedaban cambios al local y Bastia debió ponerse el buzo. Adivinen qué… el Polaco se tiró a la derecha y le atajó el disparo al delantero de su rival.
El coraje de Unión, ayudado por algunos errores de Loustau, resultó imprescindible para dar vuelta un partido increíble. El Tate perdía por dos goles y con diez hombres y aún así, sin jugar bien, se llevó tres puntos impensados del Monumental. A Atlético Rafaela no le alcanzó el gran primer tiempo y perdió un duelo con un terrible sabor amargo. El árbitro no pasó desapercibido, no observó una mano que benefició al rojiblanco y le dio otra para un triunfo de película.