El destino está marcado y esta vez le jugó una mala pasada a un árbitro. Las sofocantes temperaturas del lunes y el martes en el Gran Buenos Aires pusieron en jaque tanto a futbolistas como a espectadores. Y si bien sólo se disputaron tres cotejos en esas 48 horas, dos de ellas tuvo un mismo protagonista.
Gastón Iglesias, fue referí del encuentro que San Martín de Burzaco y Excursionistas llevaron a cabo en el Francisco Boga con una sensación térmica de 43 grados Celsius. En esa contienda donde ganó el Verde por 1 a 0, el colegiado interrumpió las acciones a los 25 minutos de la etapa inicial para que todos pudiesen beber agua. Y su repetición se dio en la complementaria cuando el reloj ya marcaba 27.
Si terminó agotado, peor fue al día siguiente. Al tratarse de un partido postergado, el árbitro ya tenía asignado ese encuentro y no podía modificar la designación. Por eso mismo, 25 horas después (el encuentro comenzó a las seis de la tarde porque AFA y Agremiados acordaron posponer el comienzo debido al clima), hizo sonar su silbato con temperaturas que oscilaban los 45 grados.
A medio hervor, Iglesias condujo las acciones de Sacachispas y Deportivo Riestra. Esta vez frenó para que se refresquen cuando faltaban 120 segundos para llegar a la media hora inicial. Y en la complementaria aprovechó una serie de desmanes en la tribuna del Lila para suspender el juego durante 3 minutos ni bien había pasado el cuarto de hora de la segunda parte.
Ciento ochenta minutos corriendo con temperaturas realmente elevadas y alerta naranja en el Gran Buenos Aires obligaron a trabajar al árbitro. Hubo tres partidos y a Iglesias le tocaron dos. El destino o la mala suerte de coincidir en el peor momento climático del verano argentino. Esta vez, habrá querido que le griten bombero. Al menos para tener un balde con agua a mano.
