El adiós fue con un inolvidable triunfo ante Sacachispas por 2 a 0 un 5 de mayo de 2007. El Quemero marchaba rumbo al título en el Clausura de la Primera C que, después de haber conseguido el Apetura, lo coronaría directamente con el ascenso inolvidable a la B Metropolitana. Aquella tarde de otoño, en Villa Jardín, los azules vencieron por 2 a 0 a Sacachispas y nunca más volvieron a oficiar de locales en su estadio.
Pasaron 13 años y medio oficiando como anfitriones en Platense, Sportivo Italiano y Deportivo Armenio entre otros. Acassuso supo hacerse fuerte y utilizar su predio solo para divisiones menores. Mientras tanto se afianzó en la tercera categoría directamente afiliada a AFA, fortaleció su estructura con un balance lógico, y ahora llegó el momento de apostar por el retorno a casa.
El pasado lunes, en pleno aniversario del Quemero, se dio a conocer una idea que ya venían dejando entrever los dirigentes con varias reuniones en la coqueta sede social. Una gran tribuna de cemento en Santa Rita y Uruguay que le permita la habilitación pertinente por medio de los organismos de seguridad y de AFA para la disputa de contiendas referidas a la B Metropolitana, fue presentada en gráficos de arquitectura para darle el puntapíé inicial al sueño de todos.
Desde aquél 5 de mayo, dos fechas antes de gritar campeón en cancha de Platense, los azules no juegan en San Isidro. Esa tarde ante Sacachispas marcaron Mariano Moramarco y Luis González. Y en ese torneo de la Primera C, que Acassuso ganó tanto en el Apertura como en el Clausura, jugaban delanteros de la talla de Emanuel Gigliotti en General Lamadrid así como también Mauro Matos en Justo José de Urquiza. Pasó el tiempo. Y ya era hora de emprender el regreso al calor del hogar.
